LA CUEVA DEL OSO

                               Foto de Gerardo Ángeles Galván

RESPIRAR
Por Boris Nieves

Pachuca de Soto, la Bella Airosa.
Si bien mi lugar de residencia actual se ubica más hacia sus afueras, es en este intento de ciudad donde realizo la mayor parte de mis actividades.
Lo cierto es que dichas actividades son bastante limitadas. Pachuca de Soto es, al menos para varios amigos y un servidor, un simple pueblillo con intenciones de ser ciudad.
El transporte público es caro, las tarifas de los taxis son exageradas para la corta distancia que recorre uno hacia cualquier destino; la educación vial es un asco; la educación en general da mucho que desear.
Hay basura regada por las calles de las colonias con menos recursos (incluyendo la Providencia, hogar de un servidor), hay terracería donde debería haber pavimento...
Y sin embargo, con todos sus defectos, este pequeño monstruo que aspira a ser ciudad, es de los pocos lugares donde se puede respirar.
La Bella Airosa. Con creces se ha ganado nombrecito.
Ráfagas que cortan la piel, suaves suspiros en el viento que despeinan y acarician, heladas ventiscas que hielan la sangre...
Sí, el remedo de ciudad es un caos, y si no me asqueara la idea de vivir en una ciudad con treinta millones de habitantes, es claro que no habría sido mi opción de mudanza hace nueve largos años. Pero el aire de Pachuca es verdaderamente limpio, y definitivamente la calidad del sueño mejora dado que aún no se infecta la neurosis urbana.

¿Qué pasaría si todo el mundo fuera como Pachuca? Cada ciudad con su característica flora, sin exceso de rascacielos, con una población moderada y calidad de aire.
Sí, suena aburrido cuando lo sueltas de golpe, pero enfocado en el aspecto ecológico...
La verdad es que no suena nada mal.

No arruinemos las áreas pacíficas.
No desaprovechemos las oportunidades que aún tenemos.


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