LA CUEVA DEL OSO

(Sobre)vivir
Por Boris Nieves

Hace varios meses, la noche para mí era sinónimo de no poder dormir, de sentir angustia e impotencia; la noche para mí era pensar todo el tiempo en que cada vez somos más habitantes en este mundo, que los dirigentes de muchas empresas no entienden que de nada les servirá tener todo el dinero del mundo cuando ya no exista un mundo y poco hacen para revertir este proceso; era pensar en mis amistades, en mis familiares, en toda la gente que me rodea, y llorar porque muchas de estas personas no saben el daño que le hacemos a la tierra y si lo saben, prefieren no hacer nada.
Por mi mente circulaban cientos de ideas para convencer a otros de adoptar un estilo de vida más ecológico, brindar soluciones, buscar alternativas… pero la estupidez de mi cerebro fatalista de entonces me llevaba por caminos más tristes, donde toda esperanza parecía agotada, donde me repetía una y otra vez “no tiene caso, la humanidad está condenada; solamente nos preocupamos por banalidades, por las nuevas modas y las redes sociales”.
Los últimos meses habían sido desoladores, angustiantes, desgarradores al punto de que toda motivación abandonaba mi ser y prefería lamentarme cómodamente en un rincón de mi cama… pero todo eso cambió cuando, irónicamente, en una red social leí un pensamiento que decía más o menos así:
“Es curioso ver cómo todo mundo dice que temerían viajar al pasado por todo lo que podrían cambiar con una pequeña acción, pero poca gente piensa que lo que podría cambiar en un futuro si actúa ahora es exactamente la misma idea”.
Peculiar pensamiento, ¿no es así? En series y películas de ciencia ficción vemos cómo se altera el curso de la historia tan drásticamente porque el personaje movió un par de cosas de su lugar, y tal vez en un sentido meramente físico y científico esto tenga mucho sentido, pero analicemos el lado humano de las cosas.
Si puedes contribuir a preservar la humanidad, ¿por qué no hacerlo? Realmente no es difícil comenzar a hacerlo. Imagina por un momento que hace cincuenta años alguien hubiese dicho “Oigan, el plástico es muy dañino para las especies y para nosotros… Mejor usarlo de un modo distinto al que hemos hecho hasta ahora”, o que quien inventó los pañales desechables hubiese tenido un grado de consciencia más amplio y decidido que su invención haría mucho daño en el futuro.
Yo entiendo que hay que ganarse el pan, que puedo sonar muy extremista diciendo todas estas cosas, pero por favor piénsalo un momento: si comenzáramos, todos los habitantes de la tierra, a pensar de manera similar y en pro de un mundo mejor, se lograría mucho más rápido de lo que ya está pasando.
Alguien recientemente me dijo que no cambiaría el mundo con palabras bonitas ni pensando positivamente nada más. Ese alguien tiene mucha razón, y aunque su comentario en un momento me caló profundamente, ahora me puedo plantar ante esta persona y decirle “tenías razón, así que comencé a actuar”.
Y no lo digo con afán de presumir, porque con eso no gano nada. Lo digo para que tú también formes parte de un cambio real, un cambio tangible, para que en el mundo futuro la opción siga siendo vivir y no solamente sobrevivir.
Y tal vez esto último sea algo más egoísta, algo más mío, pero te lo quiero compartir de todos modos:
Piensa en un personaje histórico a quien admires mucho; piensa en algún artista, de cualquier índole, cuyo trabajo haya permeado fuertemente en tu vida; piensa en los logros de quienes consideras tus modelos a seguir.
¿No te gustaría el día de mañana influir así en la vida de alguien más, aunque sea un poco?
¿No te gustaría poder ver el cielo estrellado con la gente a la que amas, sin que pienses en nada más por ese momento?
¿No te gustaría que exista realmente un futuro para ti y tus seres queridos?
En una tira de Mafalda lo dijeron: “científicos aseguran que de seguir igual la contaminación del aire, la vida en la tierra desaparecería en 2064”. Considerando que Quino escribía estas tiras hace ya muchos años, da una cosa para pensar, ¿no?
No hay que rendirnos.
Hay cada vez más gente tomando cartas en el asunto.
Podemos lograrlo si vamos todos juntos.

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