BRAVE AND HOPE

DECONSTRUYENDO EL AMOR Y RECONFIGURANDO LA MENTE

Por: Judith Cassandra J 

Me he enfocado en mis últimas columnas por explicar la importancia de la salud mental y por describir dos de los trastornos mentales más comunes y que afecta la productividad de miles de niños, jóvenes y adultos en nuestro país, sin embargo, al describir las características de dichos trastornos mentales, creo importante que también es necesario poder compartir algo más positivo y que pueda llenarnos de un poco más de ánimo cuando esos días grises llegan. 

Como dije en mi columna pasada, me gustaría poder decir una solución completa y rápida para luchar contra estas situaciones, sin embargo todo lleva un tiempo, un proceso y sí, muchas fuerza de voluntad que literalmente nos hará llorar.

Pero bueno, después de pensar muchas cosas, y de analizar diferentes factores que ocasionan la aparición de dichos trastornos mentales, me gustaría decir que en muchas ocasiones nuestra vida se derrumba después de perder el rumbo por alguna circunstancia que rompió con todo aquello que nosotros habíamos idealizado. 

Me gustaría compartir algo muy personal, cuando yo tenía 18 años regresé a casa después de estudiar lejos mi preparatoria, a mi regreso, ocurrieron distintas situaciones pero hubo una en específico que rompió con mi estabilidad emocional. Fue el hecho de perder a una persona que consideraba la más especial en ese entonces, lo malo de todo esto es que yo supe por mucho tiempo que no era la persona más positiva de mi vida.

Sin embargo, me gustaba aferrarme a su compañía por las experiencias agradables y “libres” que vivía con él, o el hecho de poder hablar de diferentes cosas, música, teatro, cine, personas, familia, sueños, pero no era completamente lo mejor. Era una de esas miles y tantas relaciones en donde las personas “son algo sin realmente serlo” 

Al analizar, creo que ambos en ese entonces, buscábamos una compañía pero más allá un refugio. Creo, que ambos crecimos en un hogar dónde los diferentes problemas familiares hacían que fuera más cómodo y atractivo estar fuera del hogar porque podíamos expresarnos más libremente. 

Con esto, supongo entonces que yo busqué a las personas que “me complementaban” pero no era así. Y quise construir una historia perfecta en donde realmente hubo todo un manejo por reprimir las emociones y esconderme por las miles travesuras que hacía. 

Empecé a romantizar esa conducta y empecé a tomarla como algo tan inocente y bonito que realmente tenía que existir, aferrándome a ella por más de cuatro años en donde las distancias se hacían cortas o la cercanía nos hacía lejos. En fin, sinceramente escribí un montón de poemas para él, hice un montón de dibujos, y rechacé tantas buenas oportunidades, como conocer a chicos que si valieran la pena o estudiar en una muy buena universidad. 

Ahora, que ya han pasado unos cuantos años desde que decidí que ya no podía tenerlo más en mi vida, me doy cuenta que en nuestra sociedad, romantizamos en muchas ocasiones aquello que es tan enfermo y que nos da tan poco. 

Ahora que lo pienso, en muchas ocasiones nos da pena realmente querer lo mejor, demostrar amor y de alguna manera decir que sí, también queremos buenos detalles y que queremos que una persona esté completamente con nosotros. 

Desde mi punto de vista, creo que ese chip que tuve en mi vida durante mucho tiempo, ha sido precisamente aquello que más conflictos ha traído a mi vida y que trajo consecuencias que me costó mucho trabajo enfrentar. 

Con esto, quiero decir que realmente debemos tener aspiraciones más altas y la valentía para quitar de nuestra vida aquello que no nos de realmente lo mejor, debemos de dejar de romantizar conductas destructivas porque de esas pequeñas actitudes, proviene una serie de desajustes innecesarios.

Nuestra vida debe de estar llena de color y debemos tener siempre lo mejor

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