ROMPE MUROS

JUZGANDO AL PRÓJIMO

Por: Angélica Alva González

Los seres humanos somos los únicos con la capacidad de razonar ideas, por lo tanto creemos que podemos criticar a los demás con la necesidad de sentirnos satisfechos con nosotros mismos a pesar de que no somos perfectos y tenemos defectos diferentes a los demás, ahora bien por las ideas negativas de convivencia colectiva creemos que tenemos la facultad incluso de poder hacer un juicio en contra de las acciones que cometen nuestros semejantes.

Hoy en día el tema de la religión se ha vuelto un tema de debate y conspiración en contra de diversos grupos, peleas por ganar un mejor lugar el cuál no existe en ninguna parte sólo en nuestra imaginación.

Personalmente no profeso alguna religión por el momento, sin embargo lo qué es cierto es que el humano no puede ser considerado como ateo pues siempre tendrá en algo qué creer para poder subsistir en el mundo, a mi parecer ninguna religión es buena o mala en absoluto siempre y cuando no implique afectar la integridad de los demás o la de uno mismo, y creo que no influye para nada en las acciones buenas o malas de alguien, pero quién no creé en nada no creé siquiera en sí mismo, y eso implica un peligro porque las personas que no tienen ningún rumbo se abstienen a progresar y se estancan en el mundo de la conformidad además de querer reprimir las intenciones que los demás encomiendan a sus creencias, ¿Por qué no simplemente dejarlos en paz?, tengo la oportunidad de conocer a personas creyentes, religiosas y aquellos que se autonombran ateos y tengo la capacidad de aceptar sus ideas además de respetar sus verdades que finalmente los hace recorrer la vida a su forma, y quiero decirte que no es difícil hacerlo, inclusive la vida es más fácil y menos complicada a cuando te aferras a tus pensamientos y tratas de convencer al otro de qué tú religión es mejor o de qué no creer en algo es correcto, cuándo te abres a ésta forma recibir el conocimiento de los demás por experiencia propia te comparto que te estás construyendo absolutamente y enriqueciendo en absoluto cómo persona y formándome cómo ser humano