PARA LA HORA DEL CAFÉ

LINCHAMIENTOS Y DESTROZOS
ANTE TIBIEZA INSTITUCIONAL

Joel Sánchez Rodríguez
@JoelSanRadar

Al medio día del jueves 27, cuatro personas fueron linchadas en el municipio de Metepec, Hidalgo; una de ellas que posteriormente se supo que se desempeñaba como agente del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Estado, perdió la vida víctima de las lesiones y quemaduras que le fueron provocadas por la muchedumbre que le prendió fuego.
Al funcionario y las personas que lo acompañaban en Metepec, los lincharon acusándolos falsamente de andar tomando fotografías de niños en las escuelas, según para después secuestrarlos o robarlos. Ese decir de que eran roba-chicos, es el mismo que se utilizó hace unas semanas en Chilcuautla para prenderle fuego a una persona y para linchar a otras dos en Tula de Allende. En todos los casos se determinó que las víctimas eran inocentes.
Y si la muerte de esas personas es lamentable, lo es mucho más el hecho de que las acusaciones en su contra hayan sido injustas.
Pero no hay nada tan grave como el hecho de que se esté normalizando la violencia; que se dé un linchamiento y luego otro y que las autoridades actúen con tibieza o no lo hagan; cuando el linchamiento en Chilcuautla, la procuraduría advirtió que se investigaría para deslindar responsabilidades y que se procedería contra los instigadores; lo mismo se dijo en el caso de Tula, hasta donde llegaron los más altos jerarcas para comprometerse a que no quedaría impune.
Ahora le mataron a la procuraduría a uno de los suyos y en la dependencia actuaron de manera vergonzosa filtrando fotos de la credencial del difunto.
Pero también abona a la violencia la tibieza de las autoridades municipales; en lugares como Mixquiahuala de Juárez, Acaxochitlán y Tepeji también se han registrado hechos en los que la multitud destruye automóviles oficiales o incendian patrullas, pero los ayuntamientos lejos de proceder en contra de los violentos, se someten a la voluntad de ellos, se ponen de rodillas ante quienes violaron la ley y se impusieron por encima de ella.
Un ejemplo de pena ajena es Tepeji del Río, donde hace unos días habitantes de la comunidad de Santa María Quelites incendiaron tres patrullas y una ambulancia, causando daños por casi un millón de pesos al patrimonio municipal, pero el gobierno del alcalde Moisés Ramírez Tapia firmó un acuerdo con los vecinos en el que pacta que no habrá denuncia y por ende tampoco habrá ejercicio de la acción penal.
Alcaldes como ese que decidió un acuerdo a favor de los violentos, juran cumplir y hacer cumplir las leyes, pero al pactar en contra de ellas se convierten en cómplices de la ilegalidad; abonan a la impunidad y dan a la sociedad elementos para sentirse más inseguros y deseosos de seguir ejerciendo justicia por mano propia aunque se equivoquen como ocurrió este jueves en Metepec.
La psicosis generada en redes sociales con las falsas versiones de los robachicos; los huachicoleros dominando el territorio; las jovencitas desapareciendo una tras otra; las policías municipales rebasadas en todo momento y muchas de las autoridades que teniando la autoridad para actuar no lo hacen, nos ponen a la sociedad en situación de caos, pero también de miedo.
A ver cómo le explican a los familiares de esas jovencitas desaparecidas o de los linchados, los motivos por los que no proceden contra los violentos.
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Twitter: @joelsanradar
http://joelsan.wordpress.com

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