PARA LA HORA DEL CAFÉ
LOS QUEMADOS, EL
FRACASO EN SEGURIDAD
Joel Sánchez Rodríguez
@JoelSanRadar
La muerte de tres personas en condiciones en las que no debería morir nadie, golpeados, linchados y quemados vivos por una turba enfurecida que los acusaba sin pruebas de cometer diversos ilícitos, uno de ellos en la comunidad de Texcatepec, en Chilcuautla y otros dos en Santa Ana Ahuehuepan en Tula de Allende, es el resultado del fracaso en las políticas de seguridad pública y de la ineficacia en su labor por parte de las corporaciones policiacas, todas, que se han mostrado incapaces de garantizar tranquilidad a los ciudadanos y protección al patrimonio e integridad de las personas.
En Texcatepec, que se ubica en el Valle del Mezquital, la población retuvo a dos sujetos acusados de pretender robar una camioneta; a uno de ellos le prendieron fuego y tras una penosa agonía murió en el Hospital Regional de Taxadhó, pero no quedaron probados los hechos que se le imputaban, al contrario, existen firmes sospechas de que se trató de una confusión.
Ello ocurrió el 25 de agosto, unos días después, el jueves 30, a una pareja se le retuvo en la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan en Tula, se afirmó que venían huyendo de otro lugar donde habían pretendido robar a unos niños, nadie investigó si era cierto o falso, se les golpeó y ya después se les roció de combustible y los quemaron vivos, fue una desgracia.
Lo es porque las autoridades estatales y municipales confirmaron por la noche, que no hubo ninguna denuncia o reporte alguno de que fuera verdad el dicho de que eran presuntos roba chicos, es más, reiteraron que en los últimos días ya se había informado a la población que eran falsos los rumores de las supuestas desapariciones y que ya se había llamado a la sociedad a tratar de evitar esa psicosis que se alimentaba desde las redes sociales.
En conferencia de prensa, el secretario de Gobierno Simón Vargas Aguilar; el procurador de justicia, Raúl Arroyo González; así como el secretario de Seguridad, Mauricio Delmar Saavedra y el presidente municipal de Tula, Gadoth Tapia Benítez, hablaron de muchísimos temas, menos de cómo se suscitaron los lamentables hechos en Santa Ana Ahuehuepan; insistieron en exaltar un Hidalgo Seguro que está muy lejos de ser verdad.
No se puede hablar de un Hidalgo Seguro, mientras en diversos municipios es el crimen organizado que se dedica al robo de hidrocarburos, el que impone su ley y somete a las autoridades; tampoco se puede presumir de ello, cuando en un clima y sensación de inseguridad como el que prevalece, los rumores encuentran el mejor caldo de cultivo para traducirse en desgracias como lo son los constantes linchamientos –algunos por confusión-, que ahora están derivando en muertes, en homicidios horribles auspiciados por una colectividad ansiosa de hacer justicia por mano propia, por castigar a aquellos delincuentes a los que la autoridad es incapaz de contener.
La comunidad de Santa Ana Ahuehuepan es un polvorín, en los últimos meses se ha convertido en centro de operaciones de huachicoleros protegidos por los vecinos pese a ser delincuentes, esos mismos vecinos que impiden el acceso a las policías y que ahora han decidido actuar con salvajismo, igual que los criminales a los que dicen combatir.
Lo grave es que Santa Ana no es la única comunidad así; hay muchas más en otros municipios y regiones, donde el vacío de autoridad es cada vez mayor, porque simplemente no se ha podido garantizar la seguridad pública.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Twitter: @joelsanradar
http://joelsan.wordpress.com

Comentarios
Publicar un comentario