EL ZORRO DICE

“MUY RICO Y TODO, PERO LE TENGO MIEDO AL COMPROMISO”.

Por: Jafet Mariscal.

Al fin superaste a tu ex. Las cosas van viento en popa y la experiencia de volver a tener a alguien que comienza a tener un rol importante en tu vida, se vuelve cada vez más íntima y sentimental. Ha llegado el momento de dar el siguiente paso y formalizar las cosas. Aunque tu mente se encuentra indecisa y terminas enrollado en un sinfín de dudas, lo único que sabes, es que quieres estar con esa persona, pero hay algo, algo que no te permite atreverte a llegar al siguiente nivel.

¿Por qué?

La filofobia, se define como un persistente, anormal e injustificado miedo al amor, a enamorarse o a estar enamorado. Si bien, es cierto que algunas personas, solo se dedican a hacer daño y pisotear los sentimientos de los demás, puede ser que no siempre sea así, en su lugar podría ser víctima de esta condición, en la que usualmente, suelen cambiar de relación con más frecuencia que de vestimenta, se niegan a establecer un vínculo fuerte con cualquier persona o escapan en cuanto pueden, al notar que la relación en la que se encuentran comienza a avanzar hacia algo más concreto.

Esta condición, según algunos expertos en psicología, puede ser causada en la niñez o tras una relación traumática y fallida. Pero muy independiente de que la causa, creo sería importante indagar en los factores que intervienen en la misma, tales pueden ser, una baja autoestima, inseguridades, falta de confianza, el constante miedo a las obligaciones y responsabilidades que conlleva una relación, traumas afectivos, etc.

Pero es extraño pensar que todos nos hemos sentido así, lo cual nos hace cuestionarnos que tal vez todos seamos un poco filofóbicos, la única diferencia es que las personas filofóbicas, en su mayoría, efectúan este comportamiento de manera inconsciente, con acciones tales, como elegir siempre a personas incompatibles o con poca inteligencia emocional, que optarán por dejarlos tarde o temprano. Esto mismo, puede provocar en la persona que presenta tal condición, una confusión interna sobre lo que puede o no ser el amor, sobre lo que quiere o sobre la manera de comportarse ante tal situación, haciéndole sufrir de manera constante al no poder establecer un vínculo con nadie o bien, al no poderse enamorar. Nada que constante terapia en pareja y apoyo emocional no pueda confrontar, sin embargo, es una condición que afecta tanto al individuo como a quienes le rodean.

Entonces, si lo que tienes no es consistente con todo lo descrito anteriormente, no hay más que decir, amig@ “date cuenta”, le estás buscando cinco patas al gato. No deberías dudar sobre la oportunidad que se te ha presentado, es seguro, que cualquier duda que tengas puedes consultarla con la otra persona, que probablemente, tenga cuestionamientos o preocupaciones similares a los tuyos.

Tal vez, lo único que puede causarte una constante preocupación, puede ser inseguridad sobre algunos temas sin resolver o algo tan sencillo como que no es el momento adecuado para dar el siguiente paso, pues si las cosas se darán, será solo cuestión de tiempo para que suceda, en cambio, puedes esforzarte para que las cosas marchen mucho mejor y así evitar problemas a futuro, pero si la cosa no marcha hacia ninguna parte, siempre puedes optar por dar un giro a la relación, hacia lo que más convenga para ambas partes.

Incluso puede existir la posibilidad de que lo que buscas no sea amor, sea correspondido o no, eso no implica que ambas partes siempre coincidan, “Romeo y Julieta son la excepción, no la regla” (Verónica Lodge - Riverdale).

Pero que no es parte de la vida, aventurarse y atreverse a explorar nuevos horizontes, nunca sabrás lo que hay detrás del muro, hasta haber saltado, así que atrévete a sentir, a soñar y a amar.

¿Es correcto preocuparse por algo que aún no sucede?, ¿Soy yo o la otra persona?, ¿Cómo sé que no pasará nada después?, ¿Y si ahora no es el momento, cuándo? Date un respiro y afronta las cosas de manera certera. Deja que las cosas fluyan por su cuenta sin necesidad de forzarlas.

Recuerda, “El mejor fuego no es el que se enciende rápidamente” – (George Eliot 1819-1880).

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