La Cueva del Oso

Marcianos
Boris Nieves


¿No es genial el Espacio? Esa creciente masa de polvo estelar, con todas sus estrellas, planetas, nebulosas... Me encanta. Sinceramente, y aunque sea un neófito en la materia, me encanta pensar en la vasta inmensidad del Espacio Exterior...

Y aún así, no puedo permitir que mi mente viaje de más hacia los recónditos espacios de una fantasía colectiva. Nuestro hogar, la Tierra que la Madre Naturaleza nos ha permitido habitar durante varios miles de años, está sufriendo gracias a las acciones de nuestra raza. Malas decisiones, inconsciencia general y una devoción fanática por todo aquello que no importa.

Hace poco conversaba con uno de mis mejores amigos de toda la vida acerca del Día de Sobrecapacidad, el día donde los recursos renovables destinados a la humanidad en 2018 se agotaron, y su comentario fue en un inicio devastador: "no me lo termino de creer, siento que estás muy paranoico". Luego de mi obvia reacción estupefacta, me explicó el porqué de su comentario. "No se ha visto nada en medios, no hay difusión suficiente... No me lo termino de creer".

Y aunque me duela admitirlo, tiene un punto. En nuestro país, nuestro amado México, las cuestiones ecológicas rara vez son tratadas en los medios. Solamente cuando se trata de cuestiones irreparables, como las 300 tortugas muertas en Oaxaca por redes que los atuneros dejaron, es que los medios de comunicación se molestan en tocar estos temas. Todo lo demás se difunde por internet y a quienes lo hacemos con el fin de sumar a más gente, muchos nos etiquetan como paranoicos, hippies...

La Tierra, no obstante, no está "muriendo" como se nos ha hecho creer. Si algo ha demostrado es que puede abrirle camino a nueva vida a como dé lugar; tan es así que ha pasado más tiempo entre la extinción del Estegosaurio y la aparición del Tiranosaurio, que entre nuestra aparición y la del lagarto tirano. Cientos de especies se han extinto gracias a nosotros, sí, pero aparecen 1000 más a cada año.

Ahora destruimos el ambiente, pero el proceso evolutivo demuestra que esto poco importará dentro de miles de años; no con las mismas especies y no bajo las mismas condiciones, pero el planeta Tierra ha de sobrevivir.

No nuestro hogar el que está en riesgo.

Somos nosotros.

Y eso nos lleva al punto del inicio, al Espacio Exterior y la apabullante majestuosidad del Universo. ¿Cuál es el punto de tantear terreno en Marte? La NASA asegura que para explorar y confirmar que es posible vivir ahí. Porque la tierra no alcanza y pareciera que, en efecto, en términos de expandir nuestra basura el cielo es el límite.

A este paso, las flores no tardan en parecer de papel y la vista de los volcanes una leyenda urbana. El Romanticismo culminó y con él el culto hacia la apreciación de la naturaleza. Hoy día incluso conocemos la condena: persona que se aisle en los bosques o en cualquier lugar, lejos de la civilización, perderá el juicio; se desprecia a quienes buscan vías alternas, a veces, como hippies comeflores.

La inconsciencia de la gente nos deja un escenario surrealista y con olor nauseabundo, escenario que puede dejar corta la imaginación de George Orwell: pañales en las vías del Metro de la Ciudad de México, zanahorias con chamoy en las calles, confeti en los charcos, chicles en las cortezas de los árboles.

 Así que deja de llamar paranoico a quien te habla de esto y abre los ojos de una buena vez; esa filosofía del "granito de arena" no servirá de nada si solamente unas cuantas personas actúan mientras todas las demás se mantienen voluntariamente ciegas ante la verdad e inactivas ante la situación actual.

No digo que sea malo buscar opciones en el espacio exterior; digo que está mal que esa sea nuestra salida cuando aún podemos hacer algo. Pero si no te importa todo esto, entonces ve y consume cuanto puedas. Total, entre menos humanos seamos en esta Tierra, mejor.


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