DIARIO FITNESS

Maresa González                       25 de agosto de 2018

Plastic Girl

La mayoría de la gente tiene la idea de que para poder ser feliz en esta vida, es necesario tener un cuerpo perfecto, tener una casa enorme llena de lujos, vestir y calzar las mejores marcas del mundo de la moda, tener un alto status social, el mejor celular y cientos de miles de followers en redes sociales. Para mí eso es tan solo una felicidad falsa que se basa en estereotipos y cosas materiales, quizás puedas gozar de esa alegría de haberte comprado un bolso Michael Kors, pero en seguida ese vacío vuelve a llegar a tu corazón y sientes que te sigue faltando algo; ese algo que ni cuatro mil likes en una foto posteada en Instagram, fiestas descontroladas, docenas de ropa y zapatos pueden llenar. Lo que realmente te hace falta, es ese amor a ti mismo y verás que sólo así podrás saber la verdadera felicidad del alma. Créeme que te da una paz; tranquilidad; seguridad y sobre todo un poder tan inmenso que hace que te sientas el ser más grande y por un momento llegas a tener esa cosmovisión en la que te ves grande y fuerte, que te hace sentir que tú eres tu propio dios. 

Hemos tocado mucho el tema de lo que es el sobrepeso y cómo afecta a las personas física y emocionalmente; pero no quiero que se mal entienda el mensaje y termines desviándote del tema, no quiero que tengas la mentalidad de que para ser feliz hay que ser flaca y que al final te sientas mal con tu cuerpo. Es todo lo contrario, quiero que esta columna te ayude a hacerte sentir bien, motivarte y que en tu interior se encienda una chispita que te impulse a cuidarte, a amarte, a comenzar a cambiar tus hábitos alimenticios y tu actividad física que te llevarán a sentir seguridad con tu cuerpo. 

Te reto a que te pares frente a un espejo y te veas de pies a cabeza y pongas atención a cada parte de tu cuerpo; esa estría, esa lonjita, ese pequeño vientre abultado, tus caderas, tus piernas, cada rinconcito de ti es lo que te hace ser único y especial. ¡Eres perfectamente imperfecto!

No necesitas ser talla dos para ser feliz, se puede llevar una vida saludable y al mismo tiempo seguir disfrutando de ella, no te estoy diciendo que nunca en tu vida comas una rebanada de pizza o una hamburguesa, no se puede vivir de dietas todo el tiempo porque es imposible y no es muy recomendable para la salud, pero sí de vez en cuando te puedes dar ese lujo y consentirte con tu postre o dulce favorito. El problema no es cuando pruebas ese pedacito de chocolate, sino cuando nos sobrepasamos y nos atascamos de comida así ya hayamos quedado satisfechos, cuando ingieres grandes cantidades de alcohol que terminan provocándote el vómito y crudas insoportables; es más, ni si quiera puedes decir que disfrutaste de esa fiesta porque no estuviste del todo consciente de lo que hacías o decías, pero puedes estar seguro de que el ridículo sí lo hiciste. 

El propósito de esta columna es expresarte mi opinión acerca de lo que es llevar un estilo de vida saludable y cuáles son sus beneficios. No que te confundas y pienses que el concepto de perfección y felicidad es el ser una muñeca de plástico a la que se le marcan los huesos de lo delgada que es porque al final de cuentas eso no es felicidad. 

¿Quieres bajar de peso? Ya sabes que hacer, es cuestión de que te lo propongas y trabajes muy duro en ello hasta conseguirlo. Tu mente siempre recuerda lo malo, lo difícil, lo negativo. Recuérdale tú a ella tu grandeza, tu inmensidad, tu pasión, tu fortaleza. Que tu meta hoy sea ganarle a tu mejor excusa. No estoy diciendo que será fácil te estoy diciendo que valdrá la pena.