CATARSIS POÉTICA

DELIRIO LÚCIDO

POR JULIO CESAR LUENGAS

Pasaron cuatro horas desde que te perdiste en un espacio indescriptible en tu mente. Lo que comenzó como un lapsus para descansar termino en una especie de viaje introspectivo para conocerte mejor. Tu cuerpo se agotó en sostener la energía que cada uno de tus músculos desencadenaba. El resultado fue una catarsis liberadora de endorfinas, anestesiando cada uno de tus sentidos, generando un porcentaje de lo que el nirvana puede llegar a ser.

Estabas agotado, cansado de la mierda de todos los días, te tiraste a la cama tratando de relajarte, sabes que no puedes contar con nadie en realidad para hacerte sentir mucho mejor, sabes que no tienes amigos a quienes contarle acerca de tus problemas ni del cómo te sientes. Aceptas la mejor vía para estos casos: escuchar música para desvariar un rato y sentirte menos solo. Optas por poner a Bedroom, apagas las luces de tu cuarto, cierra los ojos y te hundes en tu miseria.

Al principio no ocurre nada fuera de lo normal, tienes esos pensamientos que te jodieron el día o quizá la vida. Piensas en cuanto hubieras deseado no hacer determinado acto o en cambiar el hecho de que no te atreviste. Dejas la responsabilidad de tu depresión y ansiedad a tu mala fortuna por nacer débil ante el mundo y su gente. Tus fuerzas se vuelven nulas en cada pista, los sonidos de la música no hacen más que transgredir tu fragilidad.

Ha pasado una hora quizá dos, te has olvidado de todo ápice de debilidad. No sabes que es lo que pasa porque nunca habías sentido nada igual. Las palabras agonizan por significar algo que nunca serán. Te ves a ti mismo en un vacío cayendo infinitamente como Altazor, te suspendes en una nada asfixiante. No hay imágenes, no hay nada visual que puedas comunicar, todo es sonoro y líquido, sensitivo y efímero. Eres un ciego que trata de engendrar la posibilidad de ser o no ser.

Definitivamente has estado alrededor de cinco horas sumergido en un trance. Un bucle se repitió por tiempo indefinido pero en cada uno te expusiste a una resistencia y esfuerzo mental. Despertaste confundiendo el mundo onírico con el mundo real. Trataste de persuadirte sobre el poder de la mente y la sugestión pero fallaste en explicar de manera lógica tu travesía.

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